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Mercado del cobre en 2025: vulnerabilidades del sistema de suministro frente a la expansión de energías limpias

  • Foto del escritor: Alfredo Arn
    Alfredo Arn
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura
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El cobre ha pasado de ser un commodity industrial a convertirse en la materia prima estratégica del siglo XXI, vertebrando la electrificación, la infraestructura digital y las tecnologías limpias. Esta transformación responde a su propiedad física irreemplazable: conductividad eléctrica y térmica superior, esencial para redes de energía renovable, vehículos eléctricos (VE) y centros de datos. Sin embargo, esta centralidad ha desnudado una fragilidad estructural: la cadena de suministro vacila precisamente cuando la demanda se acelera exponencialmente.

La demanda acelerada y su intensidad mineral. La transición energética impulsa una demanda sin precedentes. La ONU para Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estima un incremento del 40% en el consumo global hasta 2040, impulsado por energías renovables (3.6 toneladas por MW eólico), Vehiculos Electricos (83 kg por unidad, cuatro veces más que los vehículos convencionales) e infraestructura digital. La tasa compuesta anual (CAGR) para VE alcanza el 22% y 8.4% para renovables, mientras que la producción minera crece solo 4.12%. Esta asimetría genera una brecha estructural; se requieren 80 nuevas minas y US$ 250,000 millones de inversión antes de 2030, pero el desarrollo de un yacimiento demanda hasta 25 años.

Vulnerabilidades del sistema de suministro, la fragilidad no radica solo en la escasez geológica, sino en la configuración geopolítica y productiva. Más del 50% de las reservas se concentran en Chile, Perú, Australia, Congo y Rusia, pero China controla el 45% de la refinación global, tras importar el 60% del mineral extraído. Esta dependencia asimétrica crea riesgos: las fundiciones chinas enfrentan márgenes de tratamiento cercanos a cero, reduciendo su capacidad operativa. Además, la inestabilidad política en zonas productoras y la progresividad arancelaria (2% para refinado vs. 8% para transformado) desincentivan la industrialización local en países productores. La inversión minera occidental ha sido débil durante dos décadas, restringiéndose a fusiones y adquisiciones en lugar de proyectos greenfield (1), lo que exacerba el desajuste temporal entre oferta y demanda.

El cobre encierra una paradoja; es físicamente abundante pero geográfica y temporalmente escaso. Su suministro vacila porque la cadena está fragmentada, dependiente de un puñado de actores y sujeta a plazos de desarrollo que exceden la ventana de crecimiento de la demanda. Sin coordinación internacional que acelere inversiones en exploración, refinación y reciclaje, y sin mecanismos que mitiguen la concentración geopolítica, el cobre permanecerá como el principal cuello de botella de la transición energética.



Referencias

  • Mordor Intelligence. (2025). Copper Market

  • Shanghai Metals Market. (2025). Análisis del mercado mundial del cobre en 2025.

  • Amaranzero. (2025). El cobre, clave en la Transición Energética.


(1) Proyecto greenfield es una iniciativa que se empieza completamente desde cero, sin heredar infraestructuras, sistemas o limitaciones de proyectos anteriores.

 
 
 

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