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Cooperación espacial Perú-China en la nueva carrera lunar: Neutralidad estratégica y Gobernanza

  • Foto del escritor: Alfredo Arn
    Alfredo Arn
  • 21 nov
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: hace 2 días

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Resumen: El Perú emerge como actor clave en la competencia lunar EE.UU.-China, adoptando una postura de neutralidad activa que le permite participar simultáneamente en el programa Artemis y la Estación Internacional de Investigación Lunae (ILRS) china. Este artículo analiza las oportunidades (participación en Chang'E-8, puertos espaciales y logísticos), los desafíos de gobernanza (vacíos institucionales, presión geopolítica, impactos locales) y recomienda estrategias para hacer operacional esta neutralidad.

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La cuarta carrera espacial centra la competencia en recursos lunares entre EE.UU. (Artemis) y China (ILRS). Perú, con acceso ecuatorial al Pacífico, posiciona infraestructura crítica: el Puerto Espacial de Talara ($270M, 1,000 km²) y el megapuerto de Chancay (operado por Cosco). La "neutralidad activa" declarada por el canciller Schialer (2025) permite cooperación dual, maximizando beneficios tecnológicos y económicos sin alineamiento parcial.

Oportunidades de cooperación

La inclusión de instrumentos peruanos en Chang'E-8 (2029) representa la integración científica más avanzada de América Latina en misiones lunares, con 200 kg de capacidad de carga seleccionada entre 41 propuestas globales. La membresía en APSCO facilita acceso a tecnología de navegación Beidou y observación terrestre. El Puerto de Talara, apoyado por NASA, ofrece lanzamientos suborbitales a China en 3 horas. Chancay reduce 4 días en rutas marítimas, consolidando a Perú como hub logístico sudamericano.

Neutralidad estratégica

Perú firmó Acuerdos Artemis (junio 2024) mientras participa en APSCO/ILRS. Esta doctrina evita "elección forzosa" entre potencias, permitiendo: (1) acceso a tecnologías complementarias; (2) proyección como socio confiable; (3) maximización de transferencia tecnológica. Sin embargo, la presión estadounidense es tangible; alianza comercial con Paita (Piura) como contrapeso a Chancay evidencia la competencia por infraestructura dual-use (1).

Desafíos críticos de Gobernanza

Primero, vacíos institucionales: ausencia de Política Nacional Espacial que articule esfuerzos sectoriales y gestione cooperaciones complejas. Segundo, tensiones geopolíticas: la infraestructura china en Chancay genera inquietudes de seguridad nacional, mientras Talara opera con tecnología NASA, creando riesgos de sobreexposición. Tercero, impactos socioeconómicos: expropiación de 700 hectáreas agrícolas en Chancay y generación de solo 200 empleos directos evidencian desvinculación entre proyectos estratégicos y desarrollo local. Cuarto, fragmentación regional: ALCE (2) carece de membresía plena de Brasil, Chile y Colombia, debilitando voz colectiva.

Conclusiones y Recomendaciones

La neutralidad activa es viable pero requiere: (a) Política Espacial Nacional con líneas rojas claras; (b) Diplomacia espacial que lidere armonización normativa regional; (c) Gobernanza inclusiva con compensaciones locales; (d) Diversificación tecnológica para evitar dependencia; (e) Observatorio de seguridad espacial. Perú debe convertir su ventaja geográfica en liderazgo sudamericano, articulando desarrollo espacial con inclusión social. Solo así navegará la carrera lunar sin verse arrastrado por la dicotomía bipolar, maximizando beneficios soberanos y posicionamiento regional.


(1) Dual Use (Doble Uso) se refiere a tecnologías, infraestructuras o sistemas que pueden utilizarse indistintamente para fines civiles/comerciales y militares, generando implicaciones de seguridad y gobernanza complejas.

(2) ALCE: significa Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio. Creada en septiembre de 2021 durante la VI Cumbre de la CELAC y con sede en México

 
 
 

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