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La Inteligencia Artificial en la Defensa del Perú: Avances y Desafíos para el Futuro

  • Foto del escritor: Alfredo Arn
    Alfredo Arn
  • 8 jul
  • 2 Min. de lectura
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En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado diversos sectores, incluyendo la defensa y la seguridad. En el Perú, aunque su adopción en el ámbito militar es aún incipiente, ya se están explorando aplicaciones clave que podrían transformar la forma en que las Fuerzas Armadas y las agencias de inteligencia operan.


Actualmente, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) están implementando sistemas de IA para mejorar el análisis de datos, la vigilancia y la ciberseguridad. Un ejemplo es el uso de drones con reconocimiento facial en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, una tecnología que ya se prueba en zonas críticas como el VRAEM y las fronteras.


Sin embargo, el Perú aún enfrenta limitaciones importantes. A diferencia de potencias como EE.UU. o China, el país no cuenta con un ecosistema avanzado de investigación y desarrollo en IA, lo que lo hace dependiente de tecnología extranjera. Esto no solo encarece los proyectos, sino que también genera riesgos de vulnerabilidad en seguridad nacional.


Uno de los mayores desafíos es la falta de un marco legal claro sobre el uso de la IA en defensa. Temas como la autonomía de las armas (¿deben los robots tomar decisiones letales?) y la vigilancia masiva requieren regulaciones éticas para evitar abusos. Sin una ley adecuada, podría haber conflictos entre la seguridad nacional y los derechos ciudadanos.


Además, las ciberamenazas son un riesgo creciente. Hackers, grupos terroristas e incluso otros Estados podrían usar IA para ataques de desinformación, espionaje o sabotaje de infraestructuras críticas. Perú necesita fortalecer sus defensas digitales con sistemas de IA predictiva que anticipen estos peligros.


Otro obstáculo es la falta de especialistas. Las Fuerzas Armadas y la DINI requieren profesionales capacitados en IA, pero el país tiene un déficit de ingenieros y científicos en este campo. Solucionarlo exige alianzas con universidades y programas de formación especializada, algo que recién se está comenzando a discutir.


A pesar de estos retos, hay oportunidades prometedoras. La IA podría usarse para proteger las fronteras contra la minería ilegal y el narcotráfico, optimizar la logística militar con algoritmos inteligentes, e incluso predecir conflictos sociales mediante el análisis de big data. Proyectos piloto en estas áreas ya están en marcha.


La cooperación internacional será clave. Perú trabaja con países como EE.UU., Israel y China en capacitación y tecnología, pero debe asegurarse de que estas alianzas prioricen su soberanía y seguridad. Un equilibrio entre colaboración y autonomía tecnológica será vital para el futuro.


Finalmente, la IA llegó para quedarse en el ámbito militar, y Perú debe prepararse. Se necesita mayor inversión, leyes claras y formación de talento para no quedarse atrás. El objetivo debe ser una defensa moderna, eficiente y respetuosa de los derechos humanos.


La ´pregunta seria: ¿Estamos listos para integrar la IA en nuestra seguridad nacional? La respuesta dependerá de las decisiones que tomemos hoy.

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